Como siempre ha sido, la acogida cálida y sincera es una de las características más prominentes de nuestros hermanos Bolivianos. El empresariado siempre optimista y queriendo empujar con energía el progreso. La amabilidad de los ciudadanos es verdaderamente distinguida.
Tuve la oportunidad de compartir espacios de análisis profundos con muchos de ellos y con banqueros también. Y entonces en mis roles de apoyarlos en sus líneas estratégicas es oportuno entregarles aliento para que logren consolidar sus desarrollos.
La característica transversal de este blog consiste en la muy baja valoración que se les asigna a las inversiones intangibles. Llámese establecimiento de juntas directivas formales, elaboración de protocolos familiares y sus respectivos Consejos de Familia, gestionar la sucesión generacional, diseñar e implementar modelos de control de gestión e innovaciones en tecnologías disruptivas, por citar los de mayor frecuencia. En la banca saltar desde modelos de riesgo de primera generación hacia versiones 3.0 o 4.0.
Las inversiones preferentes son aquellas tangibles, porque su rentabilidad asociada es perfectamente medible y adicionalmente se obtienen en plazos cortos. Este privilegio se debe esencialmente a las características estructurales del mercado del país vecino.
Las inversiones inmateriales se analizan bajo una óptica de incurrir en gastos; “creo” que en Bolivia no las he visto registradas como un activo que forma parte del patrimonio. Por supuesto medir estas rentabilidades son más complejas, aunque hoy existen metodologías para ello, pero tampoco brillan ante los ojos del mercado. Bueno, esto es obvio, porque se trata de rentabilizar la calidad de las decisiones y la perdurabilidad de las familias en sus negocios.
Sin duda todos los entrevistados tienen la más alta convicción de que estas instancias son indispensables y que más temprano que tarde si no toman las decisiones prontamente, les puede “pasar la cuenta”.
Entonces, …… si la conciencia es clara, ¿por qué seguir dilatando?